Microsoft nombra a Satya Nadella como nuevo CEO

Microsoft ha nombrado a Satya Nadella como nuevo consejero delegado de la compañía, confirmando los últimos rumores y reemplazando a Steve Ballmer al frente del ejecutivo.

Tras el autodescarte del CEO de Ford Alan Mulally y de otros ejecutivos externos que la Junta de Microsoft ha estado valorando para ocupar el puesto de CEO, el gigante del software ha apostado por ‘lo seguro’ nombrando a una persona interna, bien valorada y muy preparada en cuestiones técnicas.

Satya Nadella, nacido en Hyderabad, India, hace 46 años, lleva en Microsoft desde hace 22 años tras iniciarse en Sun y es el tercer CEO de la compañía tras Ballmer y Gates. Era hasta hoy, y tras la gran reorganización interna del pasado verano bajo la estrategia ‘One Microsoft’, vicepresidente y responsable de los servicios en nube de la compañía, habiendo pasado por otros puestos relevantes como la vicepresidencia de la División de Negocio o la presidencia de la División de Servidores y Herramientas.

Su capacidad técnica es notable. Es ingeniero electrónico y de telecomunicaciones y tiene maestrías en ciencias de la computación y administración de negocios. Algunos analistas ponen en duda, sin embargo, su capacidad administrativa para dirigir un trasatlántico como Microsoft con 132.000 empleados tras la adquisición de Nokia y para mantener ventas y cifras de negocio.

El nombramiento de Satya Nadella trae consigo otros cambios relevantes como la salida de Bill Gates del puesto de presidente siendo reemplazado por John Thompson. No obstante, Bill Gates retomará un trabajo más activo en Microsoft como ‘asesor técnico’ de Nadella y dedicará un tercio de su tiempo a la tarea.

Aunque no sería esperable una revolución, sí se esperan cambios importantes en Microsoft, en una época de grandes desafíos para el gigante del software. Financieros como elevar el precio de la acción, internos como mejorar la satisfacción de los empleados y comerciales como aumentar la presencia móvil, avanzar en innovación y resolver el enigma de Windows 8.