Continuamos con la segunda parte de nuestra guía de configuraciones RAID, donde el objetivo central es acercaros las nociones e ideas básicas que se esconden bajo este tipo de configuraciones, muy populares en el sector profesional, pero también en el de consumo general.
Como os anticipamos en la primera parte una configuración RAID toma como base dos o más unidades de almacenamiento. Dichas unidades son gestionadas y puestas a trabajar de una forma concreta, y precisamente dicha forma de trabajo dependerá de la configuración RAID elegida.
De esta forma si optamos por el modo RAID 0 disfrutaremos de una mayor velocidad de trabajo, sacrificando eso sí las copias redundantes de datos, lo que supone que un fallo en uno de los discos puede tener consecuencias graves si no hemos hecho copias de seguridad.
Con este pequeño resumen entramos a analizar hoy el modo RAID 1.
También conocido como «mirroring» o «modo espejo», es sin duda una de las configuraciones más populares a día de hoy.
El modo RAID 1 trabaja en espejo, duplicando todos los datos de cada unidad de almacenamiento de forma sincronizada a otra unidad de almacenamiento.
De esta forma si se produce un fallo o avería en alguna de las unidades no perderemos ningún dato. Así, queda claro que la gran ventaja de utilizar una configuración RAID 1 es la seguridad a prueba de fallos que presenta, ya que en caso de que se estropee uno de los discos nuestros datos estarán a salvo en los restantes.
Junto a esta debemos exponer otra ventaja que, probablemente, resulta menos visible, pero que está ahí.
Dicha ventaja es que al estar los datos duplicados se disfruta de de un mayor rendimiento de lectura, ya que se pueden leer dos datos diferentes en dos discos diferentes, a pesar de que el conjunto actúa a la hora de escribir como si sólo hubiera un disco.
El lado negativo de este tipo de configuraciones es claro: el gran sacrificio de espacio que supone. Sí, al trabajar en modo espejo se realizan copias redundantes de datos, de forma que si tenemos, por ejemplo, dos HDDs de 1 TB en RAID 1 no disfrutaremos de 2 TB totales de espacio, sino de 1 TB, ya que el segundo TB será utilizado para las grabaciones redundantes.
Esto supone que el rendimiento a nivel de escritura no mejora, ya que los datos deben ser escritos en todas las unidades de almacenamiento que dan vida a la configuración RAID 1.
¿Merece la pena utilizar esta configuración RAID?
Pues todo depende de nuestras necesidades, aunque es evidente que la configuración RAID 1 va dirigida en mayor medida al sector profesional, donde la seguridad e integridad de los datos e información sea primordial.
Con todo también puede ser una solución interesante para usuarios particulares, ya que el coste de montar una configuración RAID 1 no es tampoco nada disparatado.
¿Seguridad o velocidad?
Llegados a este punto la conclusión es clara y la expondremos de la forma más sencilla posible. ¿Buscas seguridad? Lo tuyo es montar un RAID 1. ¿Buscas velocidad y no te importa hacer copias de seguridad periódicas «por si acaso»? Entonces debes optar por RAID 0.