Caché de disco: qué es, para qué sirve y por qué es importante

Todos los discos duros del mercado incorporan una cierta cantidad de memoria en estado sólido que se encarga de equilibrar el flujo de datos entre lo que puede servir el disco y lo que demanda el resto de componentes del equipo. A mayor cantidad de memoria caché, más margen ofrece la unidad para funcionar al máximo rendimiento posible.

La caché del disco influye de manera directa cuando utilizamos aplicaciones que hacen uso intensivo del disco duro, como edición de vídeo o fotografías, uso de modelos de simulación o, en términos generales, cualquier tarea que necesite un gran flujo de datos constante. Por esa razón, las unidades orientadas a escenarios profesionales cuentan con más cantidad de memoria para garantizar un funcionamiento óptimo incluso en los escenarios más complicados.

Los sistemas operativos modernos utilizan varias soluciones para evitar saturar la memoria caché de los discos, utilizando la memoria RAM para almacenar los datos que se utilizan de forma frecuente y generando archivos de intercambio para agilizar el intercambio de datos. Conviene recordar que acceder a un byte de RAM puede ser miles de veces más rápido que encontrarlo en el disco duro.

Simplificando, cuando un programa necesita acceder a datos que están guardados en el disco duro primero realiza una comprobación en la caché, revisando el buffer de la memoria. Si no lo encuentra, necesita ordenar a la unidad que lo busque dentro de la unidad de disco y el rendimiento disminuye de manera radical, siempre en función de las especificaciones de la unidad de disco.

Que el usuario final perciba o no los incrementos de rendimiento que suponen más cantidad de caché de disco depende del software que esté utilizando y la dependencia del mismo de la velocidad disco duro. Así, la mayoría de usuarios domésticos no notarán grandes diferencias a partir de los 16 Mbytes de caché, mientras que muchas aplicaciones profesionales mejoran espectacularmente su rendimiento con 32 Mbytes o más.

Las mejores series de escritorio de Western Digital cuentan con 64 Mbytes de memoria caché, cantidad más que suficiente para garantizar un rendimiento óptimo en cualquier escenario. Por supuesto, la combinación de este tipo de unidades con una gran cantidad de RAM, unidades SSD de apoyo o soluciones basadas en RAID 0 pueden incrementar todavía más el rendimiento global del sistema.

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