Microsoft está poniendo todos sus esfuerzos en vender Windows 8 y en unos días, la actualización Windows 8.1. Sin embargo, todavía tiene rivales en su propia casa que le hacen la tarea complicada. Es el caso de Windows 7, un sistema operativo que todavía vende y mucho en algunos casos. Tampoco le hace ningún favor Windows XP.
Pese a toda la promoción de Windows 8, según cuenta Cindy Zwerling director de marketing de producto de negocio a negocio de Toshiba a ZDNet, la realidad es bien diferente:
«El 99% de nuestras ventas corporativos son de Windows 7, aunque hay algunas excepciones como las grandes compañías americanas. Claramente Windows 7 es el sistema operativo de las empresas».
Estas duras declaraciones son un reflejo de lo que el mercado corporativo está reclamando. Aunque no sabemos si es extensivo a todos los fabricantes de PCs, lo cierto es que el proceso de adopción de Windows 8 está siendo más lento del esperado. Los consumidores no tienen claro el cambio y como asegura el responsable de Toshiba:
«Muchos migran de Windows XP a Windows 7 cuando lo normal sería ir de Windows XP a Windows 8».
Quizás por ello, Microsoft ya ha anunciado que el soporte de Windows 7 no será tan largo como el de Windows XP que todavía está en activo hasta el 8 de abril de 2014. Un hecho que pretende evitar el problema que todavía arrastra el gigante del software con Windows XP. Aún así, Windows 7 sigue siendo el sistema más popular de la casa.
El lastre de Windows XP
Según confirmaba Juan José Amor, director de empresas y partners de Microsoft Ibérica en la Convención anual de Partners de Microsoft, Windows XP sigue siendo un objetivo a perseguir. Todavía la cuota de mercado en España ronda el 40% con 2 millones de equipos que utilizan el sistema operativo en las empresas.
Así, Microsoft sigue peleando para bajar la cifra. El anuncio de fin de soporte que lleva mucho tiempo publicitando es solo una fórmula más para acabar con Windows XP que se suma a las campañas de marketing y promociones hechas por y para el canal.
Sin embargo, la tarea es ardua y el cambio a Windows 8 muchos lo ven peligroso e inseguro por las diferencias que plantea: nuevo interfaz, nuevas aplicaciones, subida a la nube… Quizás por ello, el verdadero beneficiado en este momento sea Windows 7 ya que ofrece un software más parecido al antiguo y, en definitiva, da la impresión de que los retos del cambio son más abarcables.
¿Es Windows 7 un enemigo de Windows 8? ¿Cómo ven las empresas la migración a Windows 8?