La atención que debemos prestar en un comercio no se debe limitar a los clientes. Existen muchos parámetros en los que fijarnos dentro del mostrador de una tienda . Sin embargo, en muchos casos estos asuntos se echan a un lado por falta de tiempo, personal o simplemente porque no los tenemos en cuenta.
Desde MuyCanal hemos recopilado algunos de los problemas más frecuentes a los que se enfrentan los vendedores más clásicos. No obstante, estos contratiempos se pueden dar en cualquier tienda de informática a pie de calle.
Escaparate
Contar con un escaparate es una salida más que buena para darnos a conocer y mostrar nuestro negocio a todo aquel que pase por la calle. Pero ¿De qué nos sirve si lo tenemos descuidado, sin productos en exhibición ni carteles que llamen la atención de los viandantes? Pues más bien de poco. Sin embargo, es un error muy común, sobre todo, en tiendas de barrio.
Por ello, es recomendable aprovechar este espacio para mostrar nuestro buen gusto con los artículos a mostrar, disponiéndolos de una forma atractiva, destacando aquellos que están de oferta o sobresaltando las promociones que tenemos en marcha en ese momento. En definitiva, el escaparate es un arma de marketing clave y una primera impresión en la que no podemos fallar.
No aprovechar las novedades
A diario se presentan miles de productos y soluciones tecnológicas. Unas novedades que muchos no aprovechan para potenciar su negocio porque «es muy arriesgado», «no tengo espacio» o directamente piensan que «eso nunca tendrá éxito». Sin embargo, hay que arriesgar un poco.
Aunque es evidente que no podemos tener todo, lo cierto es que podemos «olfatear» el mercado en busca de las primicias que nos ayuden a encontrar un nuevo público. Además, podremos aprovechar el escaparate y demás herramientas de marketing para publicar que tenemos un determinado producto que es «el producto del momento».
Imprudencia
Pongámonos en una hipotética situación. Apple pone en el circuito de venta libre el iPhone 6. Como tenderos corremos a nuestro distribuidor y pedimos 500 unidades. No obstante, finalmente vendemos solo 150. La imprudencia ha podido con nuestras ganas de hacer mucho negocio.
Unido un poco al punto anterior, tenemos que buscar el balance entre ser pioneros en dar novedades pero no ser excesivamente rápidos como para quedarnos con el producto sin vender. También es esencial ir proveyéndonos de mercancía a mediad que se nos va acabando la que tenemos en tienda. De esta forma, no tendremos problemas ni de espacio ni de stock sin vender.
Tecnología
Aunque suene paradójico, las tiendas de informática también tienen sus fallos tecnológicos. El TPV no quiere arrancar, el datáfono no emite señal o la impresora no nos imprime la factura. Problemas habituales que no se escapan en ningún comercio y llegan en el momento más inoportuno.
Para evitar en la medida de lo posible estos problemas tecnológico es recomendable probar los productos varias veces antes de estar ante un cliente, conocer las alternativas a los caminos habituales y tener otras opciones a las que recurrir en caso de que la máquina «no quiera ponerse en marcha».
Falta de espacio
Las novedades tecnológicas son diarias. Es por ello que muchas tiendas en su afán por tener el catálogo más variado se surten de todo tipo de productos. Aún a riesgo de no saber si lo venderemos todos, el problema inicial es ¿Qué hacemos con ello? ¿Dónde lo metemos?
Evidentemente, tenemos dos opciones: un almacén muy grande o una demanda excesiva que nos permita liberar espacio rápidamente. Como es muy difícil prever las ventas y los locales comerciales suelen tender a ser pequeños, lo más recomendable es contar con unas previsiones comedidas de diferentes productos que nos ayuden a tener variedad pero no exceso de artículos iguales.
Y ¿Qué hacemos si nos piden un producto que no tenemos? El problema se puede solucionar con un catálogo de diferentes fabricante y un distribuidor al que acudir rápidamente ante un pico de demanda. De cara al cliente, podemos ofrecer la posibilidad de traérselo en el menor tiempo posible o enviar a su domicilio.
Impagos
Este es uno de los puntos que más preocupa a los comerciantes y por tanto, uno de los más cuidados. Sin embargo, nadie está libre, y menos en los tiempos que corren, de que haya proveedores, distribuidores o clientes que dejen las facturas sin pagar.
Para ello tenemos varias opciones que no nos aseguran al 100% el pago pero que nos pueden ayudar a evitar males mayores. Pedir una señal por anticipado ante pedidos grandes, firmar contratos de compromiso o hacer domiciliaciones de pago. Aún así, la mejor idea es intentar que el pago se efectúe a dar el producto, aunque es lógico que todo dependerá de la situación.
Vandalismo
Amanecer con un cristal roto en la tienda o una persiana pintada con un grafitti son otro de los problemas a los que enfrentan los vendedores no solo de informática sino de cualquier sector. El vandalismo está a pie de calle y pocos comercios se libran de él.
Para conseguir que no tengamos que estar cada día cambiando el cristal o persianas, podemos recurrir a diferentes alternativas que ofrece el mercado: cristales irrompibles, persianas que dejen ver el escaparate pero lo protejan o pivotes anti-lunizajes.
Agua y fuego
Nadie se libra de los problemas con el agua. La tienda de la Quinta Avenida de Apple se vio afectada hace no mucho por una inundación que puso en peligro gran parte del material para vender. Y eso es un problema del que ningún local está exento.
Así, vigilar posible grietas en las paredes que den lugar a humedades, atascos o averías en los servicios o cualquier otro síntoma de que algo va mal, es vital. Por supuesto, no es suficiente con verlo sino también con actuar y evitar daños mayores que se lleven por delante gran parte de la inversión.
Unido a los problemas con el agua, están los de los fuegos. Aunque suelen ser menos frecuente, lo cierto es que un cortacircuito o un problema eléctrico puede provocar un fuego que nos arruine el negocio. Para evitar este tipo de situaciones es conveniente revisar la instalación eléctrica para evitar males mayores.
