La próxima versión del terminal inteligente más vendido del mercado tendría un importante aumento de la pantalla y con ello de su tamaño, según informa The Wall Street Journal, citando el pedido de Apple a sus proveedores asiáticos, de mayores pantallas.
LG, Sharp y Japan Display serían los proveedores de estas nuevas pantallas para el próximo smartphone de Apple, cuya producción comenzaría en el mes de junio con lanzamiento previsto para el mes de octubre.
Apple aumentaría así la pantalla del iPhone desde las 3,5 pulgadas (mantenidas desde el modelo original) al menos hasta las 4 pulgadas, siguiendo así la tendencia de la industria del smartphone, subiendo cada vez más los tamaños de los terminales.
Aunque no se conoce su resolución nativa, el importante incremento del tamaño de pantalla (cercano al 30 por ciento) tendría ventajas obvias como la mayor productividad, aunque penalizaría su peso y autonomía, y seguramente obligaría a un rediseño global de componentes en el chasis que acogería el nuevo panel de visualización.