Aunque la historia que os vamos a contar poco tiene que ver con informática, mucho tiene que ver con la capacidad de una empresa -cualquiera que sea su índole- para conseguir captar clientes. Precisamente, eso que cuesta tanto conseguir y que es la esencia de cualquier negocio.
Los consumidores son lo más importante de una empresa. Podemos tener una genial idea, producto o servicio pero sin ellos, todos nuestros esfuerzos serán en vano. De ahí que la historia que os presentamos trasladada al presente puede darnos ideas para llegar a nuestros clientes potenciales y conseguirlos.
La historia de este dentista por casualidad se remonta a principios de siglo XIX. El protagonista Duchesne nació en 1804 en París. En aquella época ser dentista, al igual que ahora ser mayorista o distribuidor de informática, no era excepción por lo que tuvo que idear una estrategia de marketing para conseguir sobresalir.
A diferencia de otros coetáneos, Duchesne decidió basar su estrategia en salir a la calle a contar su historia. El profesional dental acampaba todos los días en las plazas más populares de París con sus mejores galas. Allí transformaba su trabajo en un espectáculo.
Sus habilidades como mago y acróbata le ayudaban a conseguir un nutrido público. A partir de ahí, lo más difícil era conseguir el primer cliente. Para llegar a este primero, Duchesne prometía 10 francos al primer espectador que se dejara arrancar un diente. Después de ver la maestría del dentista, el resto acudían en masa.
Así, Duchesne comenzó a coger fama entre los parisinos. Muchos médicos le certificaron como uno de los dentistas más hábiles de Paris. No en vano, el médico construyó una fama infundada. Duchesne ideó varios instrumentos que evitarán que los pacientes se asustarán a ver las tenazas que utilizaban por aquella época.
Salvando las distancias en el sector y el tiempo, el dentista Duchesne nos puede enseñar mucho de marketing. Estas son las principales conclusiones que hemos sacado desde MuyCanal. ¿Nos falta alguna?