Saber cómo usar un productos o conocer las oportunidades de negocio que tenemos con la contratación de un servicio son algunas de las cuestiones que se plantean los clientes. De ahí que la formación sea clave y dé un valor añadido tanto a los trabajadores de una empresa como a sus clientes.
La iniciativa de Fundación Banesto, LideraTV, nos habla esta semana de los planes de formación, una tarea fundamental para las corporaciones. Aunque lo más frecuente es dedicar cursos a entender las especificaciones de un producto, realmente es más relevante saber cómo debemos atender a los usuarios y/o clientes para que finalmente sigan usándolo.
La formación puede ser continua o puntual dependiendo de las necesidades de los trabajadores o los clientes. Además, se puede contratar a una empresa especializada o dar la propia formación nosotros mismos. En el primer caso tendremos la contra del precio pero ganaremos tiempo y seguramente daremos unos conocimientos más profundos sobre el tema.
Para detectar qué tipo de formación necesita nuestra empresa podemos seguir los siguientes pasos:
- Buscar los puntos donde somos o son nuestros empleados más débiles a través de una reunión con los trabajadores o un replanteamiento del proceso
- Categorizar y dar prioridad a los temas que más urgen
- Preparar contenido y elegir a la persona que dará la formación
- Realizar un presupuesto, planificar el horario
A partir de ahí, podremos empezar a formar a nuestros empleados o clientes para que nuestraempresa más competente o mejoren ciertos aspectos que podemos tener olvidados pero no por ello, son menos importantes. Porque cuanta más formación reciba una compañía, más preparada estará para avanzar y crecer.