Es muy común después de unas horas en el trabajo nos encontremos aburridos, poco motivados y con realmente muy pocas ganas de encarar la montaña de trabajo que nos espera por delante. Lo único que deseamos es terminar el día y empezar una nueva jornada desde cero
¿Qué podemos hacer en esas situaciones? En Zenhabits nos proponen nada menos que 30 pequeñas actividades que pueden mantener alta productividad cuando realmente no nos sentimos con ganas de trabajar. Te mostramos las 10 más interesantes.
Prepárate para un nuevo reto
El hecho de que este sea el consejo número uno de la lista, no es casual. En muchas ocasiones la sensación de aburrimiento proviene del hecho de que no tenemos un desafío por el que luchar o un objetivo interesante que nos motive, por lo que nos dejamos arrastrar a diario por una «plácida» existencia que no nos ofrece demasiadas novedades, ni demasiados problemas, pero que cada vez pierde un poquito más de interés.
Si nos reconocemos en esta situación, lo primero que tenemos que hacer es afrontar directamente la situación y proponernos un nuevo reto, un desfío, un nuevo objetivo. ¿Qué nos gustaría hacer? ¿Hasta dónde podemos llegar? ¿Cómo podemos mejorar?
Si después de unos días de reflexión nos damos cuenta de que nuestro trabajo es tan sumamente aburrido que no somos capaces de plantearnos un nuevo reto, quizás sea tiempo de plantearnos si nos conviene seguir en ese trabajo. En este caso nuestro objetivo sería encontrar un nuevo trabajo, pero debemos hacerlo de forma tranquila, marcándonos los tiempos, sin precipitarnos.
Tus objetivos vitales
¿Cuál es tu objetivo en la vida? Al margen del trabajo, ¿cuáles son tus motivaciones vitales? ¿Qué es lo que quieres conseguir? Toma un cuaderno y crea una lista de objetivos personales, no relacionados con el trabajo. A lo mejor quieres aprender un nuevo idioma, necesitas pasar más tiempo con tu familia o quieres ahorrar lo suficiente como para dar la vuelta al mundo.
Sea como sea revisa cuáles son tus objetivos personales y evalúa tu situación personal con respecto a los mismos. ¿Cómo te encuentras con respecto a ellos? ¿Has progresado en alguno de los mismos? Si no es así escoge sólo uno y proponte el cumplirlo este año. No intentes abarcar demasiado, comienza con pequeños pasos.
Ordena tu espacio de trabajo
En estos momentos en los que te sientes realmente aburrido y sin nada «interesante» que hacer, mira a derecha e izquierda, abre tus cajones y «escruta» tu archivador. ¿En qué condiciones se encuentra tu espacio de trabajo? Si realmente no «tienes nada que hacer» (o realmente es que no te apetece hacerlo) puede que sea una buena idea ocupar parte de tu tiempo ordenando tu espacio.
Al ordenar nuestro escritorio, alcanzamos dos objetivos fundamentales. El primero y más obvio, es que conseguimos un espacio más ordenado mientras que el segundo, mucho más sutil, es que vamos a descubrir cómo a medida que ordenamos «nuestro espacio exterior» conseguimos ordenar «nuestro espacio interior», de modo que una vez que terminemos seguramente tengamos renovadas energías para volver al trabajo.
Si no tienes un hobby, puede que haya llegado el momento de apostar por tener uno. Un hobby puede ser cualquier cosa: leer, escribir, maquetas de trenes, pescar, etc.
Evidentemente, la mayoría de los hobbys nos los puedes trasladar a tu espacio de trabajo. Sin embargo, cuando te sientas realmente aburrido, tómate 10 minutos (nunca más) para leer sobre tu hobby. Puedes leer una entrada de la wikipedia o un post en tu blog favorito. Puedes ver un pequeño vídeo o incluso escribir un mail sobre el tema a algún conocido.
Lo importante es que dediques diez minutos de tu jornada laboral para desconectar totalmente con tu trabajo. Diez minutos en los que le puedes decir a tu cerebro: descansa. Tras esos diez minutos de relax mental quizás puedas volver a encarar tu jornada laboral con optimismo.
Mejora tus habilidades informáticas
¿Qué herramientas utilizas en tu trabajo diario? ¿Qué dominio tienes de las mismas? Si no te sientes demasiado «inspirado» para trabajar, puedes aprovechar diez o veinte minutos de tu tiempo para aprender una nueva función de Microsoft Word, los atajos de teclado de Outlook o cómo puedes optimizar la base de datos de tu pyme.
Pasea
A veces todo lo que necesitas es regalarte un breve paseo para desconectar del trabajo de tu oficina. Simplemente sal a la calle, da una vuelta a la manzana, compra el periódico, y después de un cuarto de hora vuelve a tu puesto de trabajo.
Te sorprenderá descubrir cómo al pasear no sólo tu cerebro se oxigena, sino que tu creatividad (que se ha mantenido adormecida durante toda la mañana) vuelve a despertar y a producir nuevas ideas, inspirándote para plantearte nuevos retos y objetivos.
Organiza tus archivos y «limpia» tu correo electrónico
De acuerdo, no suena demasiado divertido, pero seguro que es mejor que no hacer nada. Tómate un tiempo para estudiar cómo estás organizando tus documentos y si realmente esa es la forma más eficaz de mantenerlos y si es necesario crea un nuevo sistema de organización.
En cuanto al correo electrónico, descubre si realmente eres productivo en tu bandeja de entrada. Crea filtros, utiliza etiquetas, define acciones sobre los mensajes recibidos. Al optimizar el uso del correo electrónico conseguirás ser mucho más productivo.
Men sana en corpore sano
La falta de actividad física o de una dieta saludable no sólo afecta a tu salud sino también a tu rendimiento laboral. En este sentido las personas que no realizan ningún tipo de ejercicio físico tienden a sentirse mucho más desmotivadas y «aburridas» en su trabajo que aquellas que diaria o semanalmente se preocupan por llevar a cabo algún tipo de ejercicio.