Cómo exprimir al máximo el valor de IoT

En los últimos años, Internet de las Cosas, o IoT de su denominación en inglés (Internet of Things), se ha convertido en una de las principales tendencias del mercado tecnológico. A pesar del parón de muchos proyectos como consecuencia de la pandemia, sigue evolucionando y aportando grandes beneficios, para los que saben cómo aprovecharlos.

El mercado de IoT ha experimentado en los últimos años un crecimiento exponencial. El fuerte impulso de los proyectos de transformación digital ha acelerado su evolución y, según las previsiones de GlobalData, si en 2019 el mercado global de IoT ascendía a 586.000 millones, esta cifra superará el billón de dólares en 2024.

Desde los sensores para monitorizar la actividad física hasta los termostatos inteligentes que se instalan en cada vez más hogares, pasando por propuestas para la gestión de flotas o que promueven una mayor eficiencia, existe todo un ecosistema de soluciones que hacen que IoT ya forme parte de la vida diaria de los consumidores y de las operaciones de las empresas y gobiernos.

Un reciente estudio de McKinsey Global Institute, ‘The Internet of Things: Catching up to an accelerating opportunity’, analiza el potencial económico que desencadena IoT mediante la consideración de cientos de casos de uso en los entornos físicos en los que podrían implementarse y cómo podría evolucionar el valor potencial de IoT en la próxima década. En él se pone de manifiesto que, si bien este mercado no ha crecido tan rápido como se esperaba debido a obstáculos relacionados con la gestión del cambio, los costes, el talento y la ciberseguridad, aún tiene mucho potencial por explotar.

El gran valor económico de IoT

Para los expertos, no cabe duda del enorme valor económico que puede aportar IoT. Las previsiones de McKinsey apuntan a que, en 2030, podría pasar de un valor de 5,5 billones a 12,6 billones de dólares a nivel mundial.

El potencial de valor económico de IoT se encuentra sobre todo en entornos en los que se implementa, como las fábricas, que concentrará la mayor cantidad de valor económico, alrededor de un 26 % en 2030. El campo de la salud ocupa el segundo lugar, representando entre 10% al 14% del valor total.

Las aplicaciones B2B supondrán el 65% del valor potencial de IoT en 2030

Asimismo, también hay que tener en cuenta que cada vez más, las aplicaciones B2B están creando gran parte del valor de IoT, y se prevé que supongan cerca del 65% del valor potencial estimado para 2030. No obstante, el valor de las aplicaciones B2C también está creciendo rápidamente, impulsado por una adopción más rápida de lo esperado de estas soluciones en el hogar.

Si bien el valor potencial de Internet de las Cosas a nivel económico es considerable, capturarlo también se convierte en un importante desafío, especialmente en los entornos B2B, ya que muchas empresas han debido afrontar importantes problemas para hacer la transición desde proyectos piloto con éxito.

En la actualidad, la irrupción de la COVID-19 en nuestras vidas ha implicado un notable impacto en el despliegue de las soluciones de IoT, no obstante, debido su enorme potencial, se sigue adelante con ellas, lo que puede tener grandes implicaciones, tanto para la sociedad como para la economía. Los beneficios podrían verse en forma de mejora de las operaciones, en la gestión de los activos físicos y la salud y el bienestar, entre otros. En este contexto, Internet de las Cosas puede convertirse en el centro de grandes transformaciones digitales.

Los sectores que más apuestan por IoT

El estudio de McKinsey pone de relieve los distintos beneficios que puede conllevar IoT en sus distintas áreas de aplicación. Pero es en el entorno industrial en el que puede aportar grandes ventajas mejorando las operaciones en la fabricación, lo que hará que la gestión cotidiana de los activos y las personas sea más eficiente. De acuerdo con el citado estudio, las aplicaciones de gestión de operaciones en la fabricación podrían representar entre un 32% y un 39% del valor económico potencial total de IoT creado en el entorno de la fábrica, o hasta 1,3 billones de dólares en 2030.

Las soluciones IoT en el ámbito de la salud supondrán hasta 1,8 billones de dólares en ocho años

El campo de la salud es el segundo de mayor valor en Internet de las Cosas gracias, en gran medida, a las aplicaciones que se implementan en el cuerpo humano. Se estima que el impacto económico de IoT en este entorno podría ser del 14% del total de la inversión, o alcanzar hasta 1,8 billones de dólares dentro de ocho años.

No en vano, en los últimos cinco años ha aumentado el valor de estas soluciones en el ámbito de la atención médica. Desde la amplia disponibilidad de monitores de glucosa y cardíacos conectados para pacientes con enfermedades crónicas, hasta soluciones que monitorizan la actividad física han permitido que la conciencia del consumidor sobre las posibilidades de estas propuestas haya crecido notablemente. También, nuevamente, la pandemia de COVID-19 ha acelerado el uso de este tipo de soluciones para el cuidado de la salud.

Además de en estos ámbitos, los clústeres de optimización de operaciones y productividad se erigen como otra esfera donde el valor de IoT crecerá en los próximos años. No obstante, será en el campo de los vehículos autónomos donde el valor de las soluciones de Internet de las Cosas experimentará un crecimiento más rápido. Las previsiones de McKinsey apuntan a un crecimiento anual compuesto (CAGR) entre 2020 y 2030 del 37%.

Si bien los sistemas de conducción autónoma están avanzando notablemente, el creciente uso de sensores en todos los vehículos continuará a medida que los consumidores exijan mayor seguridad y confiabilidad. De hecho, durante la primera mitad de esta década, se espera que el aumento de las características de seguridad represente gran parte del valor añadido de IoT.

El valor de los datos

Si hay un área en la que Internet de las Cosas está aportando un enorme valor es en el de las soluciones B2B. Sin embargo, el valor de las aplicaciones B2C se ha acelerado en los últimos tiempos como resultado de una adopción más rápida de lo esperado de soluciones de IoT dentro del hogar, como constata el auge de la domótica.

Como resultado, se espera que las aplicaciones B2B representen entre el 62 % y el 65 % del valor total de IoT en 2030 lo que, en términos económicos, se traduce en alrededor de 3,4 billones de dólares.

Pero en este campo, un aspecto a tener muy en cuenta es que el mayor valor para las organizaciones proviene de la combinación de los datos generados por estos dispositivos con otros datos de clientes para obtener información y establecer modelos predictivos. El uso de datos generados por dispositivos inteligentes para generar valor de negocio puede llevar a las empresas a un entendimiento más profundo y una mayor capacidad de respuesta a los clientes.

El reto ahora para muchas organizaciones está en entender los datos derivados de estos dispositivos y combinarlos con otros datos relevantes de la empresa para crear valor. Para ello, las empresas deberán aprovechar las herramientas de gestión de datos existentes en el mercado para acelerar y automatizar los procesos.

Vientos a favor y en contra de IoT

Transcurridos meses más duros de la pandemia, muchas organizaciones siguen apostando por IoT para sentar las bases de su crecimiento futuro. Tres son los factores principales están impulsando la adopción y el impacto de las soluciones de Internet de las Cosas en la actualidad, Por un lado, los clientes ven un valor real en su implementación como habilitador clave de las transformaciones digitales.

En segundo lugar, el progreso en hardware se ha visto acompañado por desarrollos significativos en análisis avanzados, Inteligencia Artificial y aprendizaje automático que permiten obtener conocimientos más detallados y rápidos para una toma de decisiones automatizada a partir de los datos proporcionados por los sensores.

Las redes 5G impulsarán la adopción de soluciones IoT

Y, en tercer lugar, las redes actúan como la columna vertebral que da vida al IoT y lo hace posible. Las redes de cuarta generación (4G) de las empresas de telecomunicaciones se han extendido para cubrir a más personas con un mayor rendimiento, y las redes 5G se están implementando rápidamente. Junto con las mejoras en otros protocolos de red, los clientes tienen una amplia gama de opciones de conectividad que pueden cumplir con sus requisitos, ya sea que estén asociados con la capacidad, la velocidad, la latencia o la confiabilidad.

Sin embargo, también hay factores que habría que mejorar para seguir impulsando la adopción de soluciones de IoT y exprimir sus beneficios. Para McKinsey, las empresas y los gobiernos a menudo tratan IoT como un proyecto tecnológico en lugar de una transformación del modelo operativo. Capturar valor aquí requiere la colaboración de actores multifuncionales para cambiar el comportamiento, los sistemas y los procesos de las personas, así como introducir una gestión de rendimiento vigorosa.

Asimismo, también es vital mejorar en la interoperabilidad. Los sistemas operativos ubicuos para IoT aún están lejos ya que aún hay numerosos ecosistemas patentados que no facilitan esta interoperabilidad. Y, por último, la instalación sigue siendo uno de los principales obstáculos, más allá de los costes y la complejidad, por la creciente necesidad de interoperabilidad y personalización. No obstante, el desafío de la seguridad en IoT también se debe tener muy en cuenta y abordarlo desde cero en cada capa.

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Qué se necesita para escalar el IoT

Partiendo de estos aspectos, las empresas que han tenido éxito en la implementación de IoT a escala han abordado siete pasos principales.

  • Decidir quién es el propietario de IoT en la organización

Muchas organizaciones no tienen un propietario claro para IoT, con la toma de decisiones dispersa entre funciones, unidades de negocio y niveles. Las empresas que han logrado implementar Internet de las Cosas a escala abordan esta situación asignando un propietario claro.

  • Diseñar a escala desde el principio

IoT debe basarse en los resultados de negocio. Con frecuencia, los clientes corporativos quedan atrapados en la tecnología y se enfocan solo en los pilotos, lo que hace que, al final, muchos no sigan adelante.

  • Abordar los casos de éxito hasta el final

No existe un caso de uso milagroso. La implementación de múltiples casos de uso al mismo tiempo obliga a las organizaciones a transformar los modelos operativos, los flujos de trabajo y los procesos para garantizar la captura de valor.

  • Invertir en talento técnico

El talento técnico de IoT escasea. Reclutar ingenieros y científicos de datos es esencial, pero para que las organizaciones estén a la vanguardia, también deben mejorar las habilidades de su fuerza laboral actual en ciencia de datos.

  • Cambiar toda la organización, no solo la función de TI

La tecnología por sí sola nunca será suficiente para desbloquear el potencial de IoT y permitir la captura de valor máximo. En su lugar, se debe rediseñar el modelo operativo central y el flujo de trabajo de la empresa.

  • Impulsar la interoperabilidad

El panorama de IoT está dominado por ecosistemas fragmentados, patentados y específicos del proveedor, lo que limita la capacidad de escalar e integrar, restringiendo el impacto de las implementaciones y aumentando los costes. Los clientes corporativos pueden especificar la interoperabilidad como un criterio de compra e impulsar a los proveedores a una interoperabilidad que permita una integración perfecta de diferentes casos de uso, soluciones y proveedores.

  • Dar forma al entorno de forma proactiva

Las empresas deben construir y controlar diligentemente sus ecosistemas de IoT. Por ejemplo, priorizar la ciberseguridad desde el principio y comenzar con la capa de hardware es fundamental para desarrollar una seguridad de extremo a extremo. Trabajar con proveedores de confianza puede reducir la probabilidad de una infracción, pero adoptar un marco de gestión de riesgos de ciberseguridad que incorpore no solo soluciones técnicas, sino también procesos y procedimientos comerciales que se ajusten al entorno y los requisitos de una empresa puede ser mucho más efectivo.

Tener en cuenta todos estos aspectos es crucial para que el mercado de IoT siga creciendo en los próximos años de forma más acelerada que en la actualidad. Hoy en día, la implementación de estas soluciones es más lenta de lo esperado, no por la falta de confianza o creencia en el impacto que puede tener la tecnología, sino por la existencia de factores operativos que están frenando el mercado.

Como en toda tecnología, será necesario abordar los factores a favor y los que obstaculizan su desarrollo para que IoT alcance todo su potencial y exprimir al máximo todo su valor.

Imagen inicial | Federico Beccari

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