Los buenos propósitos del año están impulsando los wearables deportivos. Auriculares Bluetooth, reproductores mp3 o mp4 o las cámaras de acción dispararon sus ventas un 24% en los meses de diciembre y enero, según los datos de Energy System. Pero no son los únicos.
Las pulseras o relojes inteligentes con monitorización de pasos, calorías, distancia o velocidad son también productos que despiertan el interés por parte de los usuarios. Un nuevo perfil de deportista no profesional que tiene capacidad de comprar varios dispositivos no solo para correr o esquiar sino también para saciar su sed de tecnología.
Reproducir música, grabar o responder llamadas desde el propio dispositivo son los principales usos que cubren estas necesidades. Usos que van muy relacionados con la práctica del deporte y otras actividades de recreo.
De hecho, la tendencia de venta de dispositivos deportivos no solo se ha mantenido en la época navideña, sino que se ha acelerado en lo que llevamos de año. Cada vez se venden más dispositivos electrónicos y la evolución va al alza. Una clara oportunidad a explotar en un segmento en el que el wearable deportivo está destinado a ser la luz al final del túnel.